María, divina y total dulzura
en el AMOR A DIOS que tu engendraste,
grata recompensa es ver tu hermosura
de gracia porque tú primero amaste.
Viviendo la nueva y buena andadura
que a la obediencia plena tu llevaste,
porque en tí, Reina que siempre perdura,
a mi Mesias Salvador cargaste.
Madre, te pido con sueños volar
sobre tus praderas de la alegría
y de tu amor por la vida inundar
al mundo, y hacer tu palabra la mía.
Virgen, déjame tu faz atisbar
para que al caminar seas mi guía...
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