¡Qué grande es Dios!
¡Qué bien ordena los acontecimientos siempre para su gloria!
¡Sólo Dios llena el alma..., y la llena toda!
La verdadera felicidad se encuentra en Dios
y solamente en Dios.
y solamente en Dios.
El que no tiene a Dios necesita consuelo;
pero el que ama a Dios, ¿qué más consuelo?
¡Cómo se inunda mi alma
de caridad verdadera hacia el hombre,
de caridad verdadera hacia el hombre,
hacia el hermano débil, enfermo...!
Si el mundo supiera lo que es amar un poco a Dios,
también amaría al prójimo.
Al amar a Jesús, se ama lo que El ama.
La única verdad es... Cristo.
He hecho el votó de amar siempre a Jesús.
Virgen Maria, ayúdame a cumplir mi voto.
Para Jesús todo, y todo,
para siempre, para siempre.
para siempre, para siempre.
No le bastó a Dios entregarnos
a su Hijo en una Cruz,
a su Hijo en una Cruz,
sino además nos dejó a Maria.
Honrando a la Virgen, amaremos más a Jesús;
poniéndonos bajo su manto,
comprenderemos mejor la misericordia divina.
¡Qué grande es Dios, qué dulce es María!
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