"He oído tus pasos en el paraiso y he tenido miedo, porque estoy desnudo y así me he escondido"
Gn 3, 10
Y seguimos errantes en el paraiso,
con un miedo sin sentido a presentarnos
tal y como somos ante Ti, Señor mío...
Se trunca la gran historia de amor
si te escondemos lo que realmente somos
¡Hemos deseado ser también unos pequeños dioses!
¡Pero que ignorante en nuestro ser!
Solo Tú eres nuestro Dios,
solo Tú eres nuestro amor,
porque eres Padre bondadoso
ofreciéndonos siempre tu gran corazón.
Pero seguimos huyendo de Ti,
nos escondemos en cualquier rincón
de nuestro pobre vacio interior
y no te queremos buscar ni ver.
¿Tenemos miedo a comprender
que tu única y verdadera ilusión
es entregarte sin medida a todo el mundo
para que felices podamos crecer?
Pero seguimos, Señor, hoy también,
teniendo miedo a la felicidad
que hoy, más que nunca, nos quieres regalar...
Por eso te pedimos que no nos escondamos
a sintamos profundamente tu bondad...
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